El escritor Chan Koonchung (China, 1952) tiene todas sus novelas prohibidas en China. Nadie las publica, nadie las vende. Sólo se pueden encontrar por Internet, ya que su autor las cuelga como contenido abierto. Sin embargo, no es un intelectual exiliado. Vive en Pekín y está muy comprometido con aspectos sociales y medioambientales. Es muy crítico con su país, al que Occidente no deja de hacer halagos, pero afirma que nunca ha recibido amenazas.
En España sí podemos disfrutar de sus libros. El último, Años de prosperidad (Destino) narra desde el género de la ciencia-ficción y a la manera de Aldous Huxley en Un mundo feliz la distopía de un país en el que reina la más absoluta felicidad y armonía, pero cuya población ha sido sometida a progresivos borrados de memoria. Una distopía que para Koonchung tiene mucho que ver con la realidad china, pese a que en Occidente no dejemos de leer las noticias sobre su crecimiento económico. Para este especial hemos querido hablar con él y esto es lo que nos ha contestado vía correo electrónico.
¿Cómo describiría a su país?
Como una superpotencia emergente, casi fascista, dentro del sistema capitalista global.
¿Cuáles fueron las consecuencias tras los Juegos Olímpicos de 2008?
Después de 2008, el año de los Juegos Olímpicos y el estallido de la crisis económica mundial, China empezó a pensar que Occidente no era un gran negocio.
Usted ha denunciado que China no tiene memoria. ¿Cuándo empezó el país a perder la memoria de su pasado?
La memoria es el campo de batalla de las distintas ideologías, algunas más verdaderas que otras. Pero el Partido quiere monopolizarla.
Pero, ¿por qué los chinos no quieren recordar?
Los chinos sí recuerdan, pero siempre de forma selectiva y a veces de forma equivocada.
Usted vive en Pekín y es muy crítico con su país. ¿Ha recibido amenazas?
No.
¿Dónde están los intelectuales críticos en China? En Occidente apenas hemos oído la voz de Ai Weiwei. ¿Amordazados?
La mayoría de los intelectuales trabajan para el sistema, como funcionarios del Estado. Algunos prefieren no ser críticos. Y algunos, los que critican, son silenciados.
¿Y la prensa?
Hay todavía muchos periodistas intrépidos intentando presionar los límites de la libertad de expresión.
La economía china no para de crecer, pero ¿vive la gente mejor que antes? En términos generales, ya que ya hemos visto cómo ha despegado el turismo chino, por ejemplo.
Sí, en términos materiales, la gran mayoría viven mejor que lo que decían en las primeras décadas de la época comunista.
Sus libros no se venden en China. ¿Cree que llegarán alguna vez a las librerías?
Para aquellos que realmente quieren pueden encontrar mis novelas en Internet. A pesar de los controles de acceso chinos, están como contenido libre O ellos pueden comprarlos si van a Hong Kong. No creo que mis novelas sean publicadas en China, al menos en el corto plazo. Casi todas son propiedad del Estado.
‘Años de prosperidad’ es una novela de ciencia-ficción. ¿Cree que es la mejor manera de describir la realidad? ¿Mejor incluso que una novela realista?
Tanto las novelas realistas como las de ciencia-ficción pueden ser muy poderosas. Después de Años de prosperidad, escribí otra novela titulada The Unbearable Dreamworld of Champa the Driver, que era realista sobre la China contemporánea. Una historia sobre la educación sentimental de un joven del Tíbet.
Usted dice que China es un país casi fascista, pero occidente lo trata como si fuera democrático.
El Partido describe a China como un estado multipartidista liderado por un partido con una democracia centralizada. George Orwell amaría esas ‘nuevas palabras’.
Usted está muy comprometido con el medioambiente. Fundó Green Power y es miembro de Greenpeace, sin embargo, los problemas de contaminación continúan en China.
Las autoridades chinas sí están conciencias por los problemas de contaminación. Pero no están siendo efectivos porque hay numerosos intereses nacionales, sin mencionar el poder de las elites.
¿Qué podemos esperar de China en un futuro?
Que pase de ser una superpotencia emergente casi fascista a una superpotencia establecida casi fascista dentro del sistema capitalista global.
Descárgate Años de prosperidad de Chan Koonchung (Destino)
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