Desde 1992 Donna Leon ha publicado una novela al año narrando las investigaciones del comisario Brunetti en Venecia. El huevo de oro es la última, hasta el momento. La corrupción y la avaricia subyacen bajo un nuevo crimen, que este atípico y humanísimo héroe de novela negra intentará resolver enfrentándose al hecho de que muchas veces el bien y la legalidad no son los mismo. La obra de Donna Leon, residente en Venecia, está traducida a 26 idiomas (paradójicamente no al italiano, prefiere mantener su intimidad) y la ha convertido en uno de los referentes mundiales de la novela negra y en una digna sucesora de su admirada Patricia Highsmith.
En esta nueva aventura de Brunetti hablar sobre corrupción y avaricia puede parecer un tema obligatorio teniendo en cuenta la crisis en la que estamos inmersos pero son dos realidades desde siempre presentes en la vida cotidiana de una sociedad.
Para mí son problemas universales, no sólo italianos; corrupción y avaricia. Basta leer los periódicos de cualquier país.
Usted ha dicho que a priori todos los políticos le parecen deshonestos. Pero ¿no es demasiado derrotista esa idea? ¿Estamos entonces destinados al desastre sin posibilidad de escape o hay una alternativa a la política?
Esto es una exageración de lo que yo he dicho. Yo tengo grandes sospechas de los hombres (y la mayor parte de los políticos, en cualquier país, son hombres) que quieren ayudar a la gente o decir a la gente qué deben hacer, o que quieren decidir por la gente lo que es mejor. Y esto es en resumen lo que hacen los curas o los políticos. También la experiencia sugiere que para tener éxito en política se debe hacer lo que hacen los demás. Soy de la opinión que el poder hace daño. Por desgracia no hay alternativa a la política.
A Berlusconi no terminan de desalojarlo de la política. ¿Quizás se deba a que los italianos todavía quieren ser como él?
Absolutamente sí, pero solo algunos italianos
Usted afirma que la sociedad americana es puritana, pero también es verdad que la sociedad europea se ha demostrado últimamente excesivamente tradicional en muchos aspectos. ¿Cree que la religión católica atesora todavía mucho poder?
Pero en esta pregunta se insinúa que puritanismo y tradición son lo mismo, eso es una idea extraña. Yo respondo dando una vuelta a la pregunta, ¿la Iglesia no tiene poder?
Esta es una pregunta recurrente, pero ¿por qué el mal nos fascina? Usted habla frecuentemente de Patricia Highsmith, ¿Es fácil enamorarse de su personaje más famoso Tom Ripley?
Yo no me he enamorado de Tom Ripley. Tipos como él los hay a docenas. Ha leído un poco, conoce un poco de música, tiene pretensiones artísticas e intelectuales, es encantador en modo obvio. Pero está siempre ese sentido de superioridad, de estar por encima de todo. El mal me interesa, no me fascina.
El éxito de la novela negra en estos tiempos es atribuido por muchos a una necesidad de diversión, de evasión de una dura rutina. Usted, no obstante insiste en que la novela negra debe tener su parte crítica con la sociedad.
Diría que la novela en general tiene éxito por los mismos motivos. La novela negra tiene que divertir al lector, si usa la crítica social para obtener ese resultado, bienvenido sea, si no la usa, también bienvenido.
¿La profunda humanidad de Brunetti hace que su figura sea más cercana, más accesible a los lectores? ¿A lo mejor lo que buscamos es un héroe desmitificado?
El hecho de que sea normal y simpático le convierte en cercano y comprensible para los lectores. No es delito para una persona no hablar con sus hijos o con su compañera, pero eso no hace bien a ninguno. No es un delito criticar a los hijos por sus dibujos o por que derrochan agua.
En El huevo de oro usted deja ver que a veces la legalidad no equivale al bien. Entonces ¿la justicia no es válida?
No, yo lo explico de otra forma: el derroche de agua o energía es completamente legal. Todas las tiendas de Venecia mantienen sus puertas abiertas durante el verano con el aire acondicionado encendido. Esto es completamente legal, pero ¿es bueno para el planeta? Diría que las leyes no son perfectas.
¿Hasta cuándo existirá Brunetti?
Durará mientras me divierta escribir novelas
Ha estado en Madrid en la Feria del libro. ¿Es importante para usted el contacto con los lectores? ¿Encuentra en sus comentarios sugerencia e ideas para futuros libros?
Sí, es siempre interesante saber que piensan y que les gusta a los lectores y siempre es una alegría ir a España.
¿Qué leerá Donna Leon en los próximos meses?
Estoy leyendo Orgullo y prejuicio por sexagésima vez.
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