¿Cómo se puede vivir de otra manera que no sea edénicamente? Vivir de otra manera no es admisible. Eugene Ionesco se hacía esta pregunta y se autorrespondía con rotundidad. Epicúreamente. Dando paso a ese hedonismo que en este mundo de velociraptors –sí, esos dinosaurios listillos que no dudarán en comerte-, egoístas y chulos engominados apenas somos capaces de disfrutar. Porque también parece que no está bien. Cada vez hablamos más de cómo ser felices porque fomentamos la infelicidad y el dolor. Sacrifícate y sufre. Y luego escribimos libros sobre cómo salir del atolladero. Mal.
Ionesco, que nos habló del absurdo en tiempos tan absurdos que estos (o más, por aquello de las guerras mundiales), sabía muy bien lo que decía. El hombre alcanza la plenitud en el hedonismo y en el disfrute. Y ahora que por fin las temperaturas han subido (¿qué decían los franceses del verano?), que acaso podamos mirar una playa en el horizonte, construyamos nuestro paraíso, aunque sea pequeñito, aunque estemos tan ahogados que nuestra economía sólo nos dé para una semana de vacaciones y aunque tengamos un Gobierno en la cuerda floja y a punto de irse al carajo. El director de cine Ang Lee tituló una de sus películas Comer, beber, amar. Y eso es lo que nos toca. Come, bebe, ama, y nosotros añadimos, lee. ¿Acaso hay otros placeres menos insuflados por las sustancias psicotrópicas?
Para este julio y agosto en EnCubierta os proponemos varios ebooks que nos arrojan en el mundo de las pasiones, el gozo y la evasión. No se trata de mirar para otro lado de lo que ocurre, sino de volver la vista hacia nuestro interior, nuestro cuerpo y nuestros humores, que solemos tenerlos un poquito abandonados. Y para empezar os traemos El luminoso regalo, de Manuel Vilas. Sexo en estado puro y una reflexión sobre este acto sudoroso –sí, a 40 grados tiene lo suyo- y las relaciones amorosas y tormentosas (como esos relámpagos tan veraniegos) en este siglo XXI. Lo acompañamos de una entrevista en la que el propio Vilas nos indica que “se ha perdido el sexo como conocimiento, como viaje al centro de la gravedad humana”. O lo que es decir, folla y conócete a ti mismo. El sexo es algo serio, incluso en verano, chaval.
Del sexo nos vamos al género con Marta Sanz y su novela Daniela Astor y la caja negra en la que podemos bucear en las revistas del corazón de los años setenta y en los modelos de mujer que se construyeron durante la Transición. Una novela poderosa pegadita a este verano 2013 en el que hemos visto a las mujeres del movimiento FEMEN y a aquellas otras desnudas y zarandeadas durante los pasados San Fermines. “El feminismo tiene que pasar por una mirada autocrítica”, afirma Sanz en una entrevista en la que se recorre desde la lucha por el aborto libre hasta a eso que hemos entendido como libertad y que, tal vez, haya vuelto a las mujeres mucho más objeto que lo que eran hasta ahora.
No hay meses estivales sin una buena ración de novela negra y suspense. De hecho, la vida es algo así, algo que no entendemos y que tratamos de dilucidar. El contínuo por qué de las historias. Por tanto, no podía faltar el último libro de Donna Leon y su comisario Brunetti, El huevo de oro, en el que reflexiona sobre el bien y la legalidad. Con ella hablamos también de política –imposible escapar del tema- y los políticos: “El poder hace daño, pero no hay alternativa a la política”, nos dice. Y la creemos. La alternativa ya sabemos todos cuál es.
Por último, os proponemos un viaje a China de la mano de la periodista Andrea Rodés con sus libros Por China con palillos y Lluny de Pequín. Rodés fue corresponsal durante años en el país asiático y conoce de cerca los entresijos de este nuevo poder amarillo y algunos de sus sitios más bellos. Y no está nada mal como toque final a este verano. Además, ella reflexiona sobre lo que significa salir a otro país desmontando algunos estereotipos: “Es un tópico falso decir que salir al extranjero ayuda a ser más abierto de mente”, reconoce. Que sí, que echar de menos la tortilla de patatas y el jamón está muy bien, pero a veces nos comportamos como verdaderos paletos nacionalistas. Y eso deberíamos mirárnoslo.
Cerramos la revista con nuestras habituales recomendaciones de libros que ya se encuentran en formato electrónico. Y como es época de retozar qué mejor que sentarse en una playa, a la sombra de un árbol o en una terraza con una buena cerveza para disfrutar de esos clásicos que hemos dejado abandonados como Ana Karenina, de Tolstoi, Viajes con Herodoto, de Kapuscinski, Justine y los infortunios de la virtud, del Marqués de Sade, Nueve semanas y media, de Elizabeth McNeill o Sueño de una noche de verano, de Shakespeare.
Disfruten de estas cálidas noches. Viajen, coman, beban, amen, lean. Sean felices. Porque como decía Ionesco, vivir de otra manera es inadmisible.
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FOTO: Libertinus